El primero de diciembre
de 1947, un día después de tener lugar la votación en las Naciones Unidas, el
Alto Comité Árabe en Palestina decretó una huelga general en el transcurso de
la cual inflamadas turbas provocaron terribles desordenes, cruzando hacia el
centro comercial judío de Jerusalén, donde lo quemaron y lo saquearon todo en
presencia de las tropas inglesas, que no hicieron nada para evitarlo.
En Aleppo, en Aden y
por todo el mundo musulmán, otras turbas, excitadas por sus jefes, penetraron
en los guetos judíos con el corazón dispuesto al asesinato, la violencia y el
pillaje.
En lugar de reunirse
una fuerza internacional de policía que llenase la solución de continuidad, las
Naciones Unidas se atascaron en la formación de comisiones y en una serie
interminable de conversaciones. El organismo internacional parecía dispuesto a
imaginarse que seria posible imponer la partición sin empuñar ni un sólo fusil.
Los judíos eran más
realistas. Su futuro Estado disponía ya de una base legal inalterable, pero si
intentaban proclamarlo cuando los ingleses se hubieran marchado, tendrían que
enfrentarse solos con las hordas árabes.
Medio millón de
personas mal armadas, ¿podría contener el alud de cincuenta millones de árabes
enloquecidos de odio?. Y no sólo tendrían que hacer frente a los árabes de
Palestina, en una lucha en la que se verían acosados desde cien puntos
distintos, sino también a los ejércitos regulares de las naciones vecinas.
El gran interrogante
fue entonces: ¿Proclamarían su independencia los judíos?
Los árabes no pensaban
aguardar hasta mayo para saberlo. Si bien no movilizaron sus ejércitos
regulares, se pusieron en seguida a reclutar varios "Ejércitos de
Liberación" formados por supuestos voluntarios y entraron montañas de
armas para sus hermanos de Palestina.
Hadj Amin Husseini, el
agente nazi, había puesto manos a la obra, fijando su cuartel general en
Damasco. Había quien cuidaba de extraer dinero a todos los árabes del Oriente
medio para los "voluntarios" de Palestina. Kaukji, el maleante que
estuvo a las órdenes del Mufti en las revueltas de 1936-39, recibió otra vez el
nombramiento de "generalísimo".
Los agentes de Kaukji
reclutaron de los bajos fondos de Damasco, Beirut y Bagdad a ladrones, asesinos
y contrabandistas, a los cuales bautizaron pintorescamente como "Fuerzas
del Yarmuk".
Casi inmediatamente,
las fuerzas de Kaukji empezaron a cruzar con mucho sigilo las fronteras de
Siria, Líbano y Jordania, internándose en las poblaciones árabes de Palestina.
La base principal quedó establecida en Nablús, en un sector de Samaria
predominantemente árabe, al norte de Jerusalén.
Entretanto, los judíos
continuaban sin saber como procurarse armas. Los ingleses seguían bloqueando la
costa palestina, e incluso se negaban a dejar entrar inmigrantes de los campos
de detención de Chipre, donde los agentes de la Aliyah Bet (Inmigración Ilegal)
estaban acelerando la instrucción militar de los internados.
Los delegados de la
Agencia Judía revolvían el mundo entero desesperadamente en busca de armas.
Entonces se publicó la
calamitosa noticia de que los Estados Unidos habían declarado un boicot de
armamentos para todo el Oriente Medio. Aquel boicot fue en realidad, un factor
favorable a los árabes, los cuales conseguían cuantas armas deseaban.
Al perfilar el orden de
batalla, la Agencia Judía se vio ante el hecho irrebatible de que no disponían
sino de los 4.000 combatientes del Palmach completamente armados e instruidos.
El Irgun-Stern podían reunir otro millar de hombres, pero sólo se podía contar
con ellos para una cooperación limitada. Tuvieron que recurrir a la
movilización general.
El 10 de diciembre,
después de los ataques árabes contra vehículos judíos en el Negev y en la
carretera de Jerusalén y Kfar Etzion, la Haganah y las fuerzas del Irgún
obligaron a retroceder a concentraciones de grupos árabes. Durante el mes de
diciembre se delimitaron poco a poco las áreas controladas por árabes y judíos.
El 4 de enero fuerzas
del Haganah, destruyeron en Jerusalén el hotel Semiramis donde se encontraba el
cuartel general árabe.
El 10 de enero, el
Ejército Árabe de Liberación de Kaukji atacó Kfar Szold, pero fue rechazado.
Los días siguientes fueron atacadas colonias judías aisladas en las colinas de
Jerusalén y Hebrón, Alta Galilea y el Negev.
Continuaron los ataques
contra la población judía en algunos centros y contra obreros judíos de
empresas que empleaban a gente de ambos pueblos. Se colocaron cargas explosivas
en zonas judías de Haifa y Jerusalén; en la capital, los objetivos fueron
primero las oficinas del Jerusalén Post (1 de febrero), luego, la calle Ben
Yehudá, una de las principales arterias comerciales (22 de febrero), y,
posteriormente, el cuartel general de la Agencia Judía (11 de marzo). Los
barrios judíos situados al sudeste de Jerusalén quedaron aislados del centro.
El 16 de febrero, el
Ejército Árabe de Liberación atacó Tirat Zevi y se vio obligado a retirarse
tras sufrir numerosas bajas. En marzo, tras haber fracasado el intento de tomar
alguna colonia o poblado judío, las fuerzas árabes se concentraron
especialmente en la lucha por las carreteras. En general, los árabes obtuvieron
grandes éxitos en la batalla por las carreteras. El 26 de marzo se detuvo e
interrumpió totalmente el tráfico de la carretera de la costa que conducía al
Negev; un convoy que regresaba a Jerusalén desde el bloque de colonias Etzion
fue atrapado cerca de Nabi Daniel. Los supervivientes fueron liberados merced a
los buenos oficios de la Cruz Roja Internacional, pero los árabes requisaron
las armas y los vehículos blindados que habían operado en la carretera de
Jerusalén, y la ciudad quedó efectivamente aislada de los centros judíos de la
faja costera. Los dirigentes de la Agencia Judía se dirigieron a los ingleses
para pedirles que patrullaran por la carretera Jerusalén-Tel Aviv fundándose en
el argumento de que era inhumano matar de hambre a una población civil. Los
ingleses se negaron.
Dentro de esta ciudad
la falta de agua y de alimentos había llegado a un punto critico. Los tiroteos,
el tener que viajar en coches blindados y la lucha abierta había pasado a ser
la orden del día.
El 9 de abril soldados
incontrolados del Irgún entraron en el poblado árabe de Deir Yassin, y tras los
tiroteos que se produjeron, murieron 254 personas entre ellas muchas mujeres,
ancianos y niños. Esto sembró el pánico entre algunos pueblos árabes, cuyos
habitantes los abandonaron.
El furor llegó a su
punto culminante cuando los árabes cogieron en una emboscada un convoy de la
Cruz Roja procedente del hospital Hadasah, en el monte Scopus matando a 67
judíos desarmados. Tampoco esta vez las tropas inglesas intervinieron para
nada.
Estos ataques militares
tuvieron inmediatamente repercusión política. Los Estados Unidos, que antes
había apoyado la partición y se enfrentaban ahora con el riesgo de una directa
implicación militar, comenzaron a dudar y su representante en las Naciones
Unidas propuso un plan que suponía retrasar la fundación de un estado judío
"sino die". La violencia árabe parecía estar a punto de lograr su
objetivo.
Sin embargo, durante
este periodo los judíos hicieron notables progresos de organización y
entrenamiento. A finales de marzo disponían de unos 21.000 hombres armados. La
fabricación de cañones antitanque, ametralladoras y explosivos había progresado
mucho y se esperaba a que llegaran de Checoslovaquia grandes cantidades de
armas ligeras que se habían comprado. La fuerza aérea consistía en treinta
aviones ligeros de reconocimiento, transporte y suministro a zonas aisladas.
La inminente evacuación
británica hacia imperativa la acción con objeto de llegar a dominar el
territorio concedido al estado judío y mejorar las posiciones ante una más que
posible invasión de los ejércitos regulares árabes; acontecimiento que se
esperaba tuviera lugar a la terminación del Mandato Británico, el 15 de mayo.
Entonces por primera
vez, las unidades de la Haganah recibieron la orden de conquistar localidades
árabes con la estricta condición de que los nativos que desearan continuar
viviendo bajo el régimen judío podrían hacerlo sin ningún inconveniente.
El primer objetivo de
la iniciativa militar judía era volver a abrir la carretera de Jerusalén. En
consecuencia, se decidió capturar y asegurar un pasillo a ambos lados de la
carretera, un pasillo con una anchura que oscilase entre diez kilómetros en los
llanos de Shefalah a unos tres kilómetros en la zona montañosa. Para este
propósito, se proyectó la "Operación Nahshon". Se movilizaron y
equiparon 1.500 hombres, en parte con armas checoslovacas que secretamente se
habían desembarcado el 1 de abril. Se llevaron a cabo dos operaciones
preparatorias: la voladura del Cuartel General de Hassan Salameh, comandante de
la zona árabe, cerca de Sarafand, y la captura de Castel, un poblado árabe que
dominaba las rutas de aproximación a Jerusalén. La "Operación
Nahshon" se inició el 6 de abril encontrando fuerte oposición, sobre todo
en la colina Castel que cambió de manos varias veces hasta el 10 de abril
cuando, por fin, se retiraron los árabes; el día anterior, el jefe de las
fuerzas árabes de Jerusalén y responsable del asedio a esta ciudad, Abdel Kader
Husseini, murió en la lucha. En el 15 de abril, cuando se dio por concluida la
"Operación Nahshon", llegaron a Jerusalén tres largos convoyes con
armas y provisiones.
Mientras tanto, más al
norte, el Ejército Árabe de Liberación, todavía al mando de Kaukji, había
tratado de reconquistar el poblado de Mishmar Haemek, (El Guardián del Valle de
Jezrael), que inmediatamente fue rechazado. En aquellos momentos, Kaukji corría
peligro de quedar aislado de su base y decidió retirarse a Jenin, en la región
de Samaria. La artillería que tenia a su disposición fue trasladada a Jerusalén
y, a principios de mayo, comenzó el bombardeo de la ciudad.
El 21 de abril, cuando
los británicos comenzaron a concentrar el resto de sus fuerzas en la zona del
puerto de Haifa, se inició la llamada Batalla de Haifa. Las fuerzas judías la
capturaron en 24 horas, y la mayoría de sus habitantes la abandonaron a pesar
de las seguridades que les daban los judíos de que no les sucedería nada si se
quedaban. Desde hacia décadas, Haifa había sido siempre una ciudad ejemplo de
coexistencia entre judíos y árabes; sin embargo el Mufti, desde Beirut,
telefoneó dando órdenes a los árabes de Haifa para que abandonaran la ciudad, y
prometiéndoles que pronto regresarían a sus hogares tras la victoriosa estela
de los ejércitos árabes.
Las tropas de la
Haganah ocuparon los acuartelamientos de la policía, en Rosh Pinnah, así como
un cercano campamento del Ejército, tan pronto como ambos lugares fueron
evacuados por los británicos, el 28 de abril.
El 1 de mayo, los
árabes lanzaron su ataque sobre el asediado poblado de Ramat Naftali, apoyados
por la artillería libanesa y carros blindados. Con ayuda de unas cuantas
avionetas del Piper Club, los colonos consiguieron detener el ataque. El 3 de
mayo, un batallón del Palmach entró en Safed con órdenes de controlar toda la
ciudad, pero su primer ataque, llevado a cabo el día 6, fracasó rotundamente.
Los árabes consiguieron recibir refuerzos e iniciaron el bombardeo con su
artillería. Un nuevo asalto lanzado el 10 de mayo dio como resultado la captura
de las posiciones clave de la ciudad. Los árabes de Safed que sumarían unos
10.000, huyeron en masa seguidos por los campesinos árabes del Valle de Huleh.
En la víspera de la invasión emprendida por los estados árabes a mediados de
mayo las fuerzas judías lograron dominar una zona continua en la Alta Galilea y
en la parte oriental de la misma.
En la Operación
Ben-Ami, las tropas de la zona del Carmelo capturaron los reductos que
dominaban Acre, Ajziv y Bezet, y restablecieron las comunicaciones por tierra
con Nahariah, conjunto de colonias situado en Galilea Occidental. La propia
Acre fue ocupada el 17 de mayo.
Mientras tanto, las
fuerzas del Irgún, cuyos comandantes no reconocían las fronteras o límites de
la partición, atacaron Manshiya y otros barrios del norte de Jafa. Tropezaron
con tenaz resistencia y tuvieron que intervenir las tropas británicas,
trasladadas rápidamente de Egipto. El ataque se renovó el 26 de abril, y
Manshiya quedó aislada. El cerco de Jafa se completó el día 29 de abril. La
mayoría de sus 70.000 habitantes árabes huyeron de la ciudad. Sin embargo, la
rendición no llegó hasta el 13 de mayo, cuando se habían retirado ya las tropas
británicas.
El 4 de mayo, los
árabes atacaron Kfar Etzion, bloque formado por cuatro colonias judías y ya
aisladas, no lejos de la carretera de Hebrón; el ataque se llevó a cabo con el
apoyo de una unidad de carros de combate de la Legión Árabe y cuatro tanques
británicos. El ataque fue rechazado, pero los defensores sufrieron graves
pérdidas que resultaban difíciles de reemplazar dado el aislamiento en que se
encontraba el bloque de colonias. La víspera del 12 de mayo, los árabes
consiguieron cortar el bloque en dos; al día siguiente tomaron un reducto que
dominaba la zona que se extendía entre Kfar Etzion y Massuot Yizhak. Los carros
de la Legión Árabe penetraron en Kfar Etzion.
Cuando los defensores
se rindieron, muchos de ellos fueron asesinados por los campesinos árabes
enfurecidos de la zona de Hebrón. El 14 de mayo, los supervivientes fueron
hechos prisioneros por la Legión Árabe.
En el mismo día, 14 de
mayo, cuando los últimos soldados británicos abandonaron Jerusalén, las fuerzas
de la brigada Ezyoni de la capital, lanzaron un ataque llamado Operación
Kilshon (Horquilla). Su punta norte ocupó Bevingrad, las zonas de seguridad del
corazón de la ciudad evacuada por los británicos, para impedir que los árabes
las ocuparon. El Davidka, un tipo primitivo de mortero de fabricación casera
con alcance muy limitado y dudosa precisión, pero con una impresionante
capacidad de hacer ruido, tuvo decisiva influencia en el resultado de la punta
sur de la operación, (la conquista del cuartel Allenby, en la carretera que
conducía a Talpiyot y Belén).
En las seis semanas
anteriores a la fundación del Estado de Israel y a la invasión de los ejércitos
regulares árabes, las fuerzas judías se habían apoderado de Haifa, Jafa, Safed
y Tiberiades, habían rodeado Acre y ocupado unos cien poblados árabes. Las
fuerzas judías podían moverse libremente en la mayor parte de las vías de
comunicación. Las fuerzas árabes palestinas habían sido derrotadas y el Ejército
Árabe de Liberación había sufrido grandes derrotas en el norte y en el pasillo
de Jerusalén. Los judíos habían perdido varios centenares de hombres y en
aquellos momentos disponían de unos 30.000 hombres jóvenes armados dispuestos a
enfrentarse con los invasores. La llegada por vía marítima del primer envío de
armas checas y la adquisición de cañones antitanques y antiaéreos había
mejorado considerablemente la cantidad y calidad de su armamento, pero aún
escaseaban los cañones, los tanques y los aviones de caza.
La noche del 13 de mayo
de 1948, el Alto Comisario británico en Palestina, Sir Alan Cunningham, salió
calladamente de la Jerusalén agitada por la batalla.
La "Unión
Jack", símbolo allí del poder mal empleado, bajó del asta.........para
siempre.
A las 16 horas del día
14 de mayo de 1948, los dirigentes de la Agencia Judía se dirigieron al museo
de Tel-Aviv, edificio donde tendría lugar la ceremonia de la Declaración de
Independencia y la fundación del Estado de Israel.
El Cairo, Nueva York,
Jerusalén, París, Londres y Washington, el mundo entero tenía los ojos vueltos
hacia aquel edificio.
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