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miércoles, 18 de abril de 2018

La Independencia




El primero de diciembre de 1947, un día después de tener lugar la votación en las Naciones Unidas, el Alto Comité Árabe en Palestina decretó una huelga general en el transcurso de la cual inflamadas turbas provocaron terribles desordenes, cruzando hacia el centro comercial judío de Jerusalén, donde lo quemaron y lo saquearon todo en presencia de las tropas inglesas, que no hicieron nada para evitarlo.

En Aleppo, en Aden y por todo el mundo musulmán, otras turbas, excitadas por sus jefes, penetraron en los guetos judíos con el corazón dispuesto al asesinato, la violencia y el pillaje.

En lugar de reunirse una fuerza internacional de policía que llenase la solución de continuidad, las Naciones Unidas se atascaron en la formación de comisiones y en una serie interminable de conversaciones. El organismo internacional parecía dispuesto a imaginarse que seria posible imponer la partición sin empuñar ni un sólo fusil.

Los judíos eran más realistas. Su futuro Estado disponía ya de una base legal inalterable, pero si intentaban proclamarlo cuando los ingleses se hubieran marchado, tendrían que enfrentarse solos con las hordas árabes.

Medio millón de personas mal armadas, ¿podría contener el alud de cincuenta millones de árabes enloquecidos de odio?. Y no sólo tendrían que hacer frente a los árabes de Palestina, en una lucha en la que se verían acosados desde cien puntos distintos, sino también a los ejércitos regulares de las naciones vecinas.

El gran interrogante fue entonces: ¿Proclamarían su independencia los judíos?

Los árabes no pensaban aguardar hasta mayo para saberlo. Si bien no movilizaron sus ejércitos regulares, se pusieron en seguida a reclutar varios "Ejércitos de Liberación" formados por supuestos voluntarios y entraron montañas de armas para sus hermanos de Palestina.

Hadj Amin Husseini, el agente nazi, había puesto manos a la obra, fijando su cuartel general en Damasco. Había quien cuidaba de extraer dinero a todos los árabes del Oriente medio para los "voluntarios" de Palestina. Kaukji, el maleante que estuvo a las órdenes del Mufti en las revueltas de 1936-39, recibió otra vez el nombramiento de "generalísimo".

Los agentes de Kaukji reclutaron de los bajos fondos de Damasco, Beirut y Bagdad a ladrones, asesinos y contrabandistas, a los cuales bautizaron pintorescamente como "Fuerzas del Yarmuk".

Casi inmediatamente, las fuerzas de Kaukji empezaron a cruzar con mucho sigilo las fronteras de Siria, Líbano y Jordania, internándose en las poblaciones árabes de Palestina. La base principal quedó establecida en Nablús, en un sector de Samaria predominantemente árabe, al norte de Jerusalén.

Entretanto, los judíos continuaban sin saber como procurarse armas. Los ingleses seguían bloqueando la costa palestina, e incluso se negaban a dejar entrar inmigrantes de los campos de detención de Chipre, donde los agentes de la Aliyah Bet (Inmigración Ilegal) estaban acelerando la instrucción militar de los internados.

Los delegados de la Agencia Judía revolvían el mundo entero desesperadamente en busca de armas.

Entonces se publicó la calamitosa noticia de que los Estados Unidos habían declarado un boicot de armamentos para todo el Oriente Medio. Aquel boicot fue en realidad, un factor favorable a los árabes, los cuales conseguían cuantas armas deseaban.

Al perfilar el orden de batalla, la Agencia Judía se vio ante el hecho irrebatible de que no disponían sino de los 4.000 combatientes del Palmach completamente armados e instruidos. El Irgun-Stern podían reunir otro millar de hombres, pero sólo se podía contar con ellos para una cooperación limitada. Tuvieron que recurrir a la movilización general.

El 10 de diciembre, después de los ataques árabes contra vehículos judíos en el Negev y en la carretera de Jerusalén y Kfar Etzion, la Haganah y las fuerzas del Irgún obligaron a retroceder a concentraciones de grupos árabes. Durante el mes de diciembre se delimitaron poco a poco las áreas controladas por árabes y judíos.

El 4 de enero fuerzas del Haganah, destruyeron en Jerusalén el hotel Semiramis donde se encontraba el cuartel general árabe.

El 10 de enero, el Ejército Árabe de Liberación de Kaukji atacó Kfar Szold, pero fue rechazado. Los días siguientes fueron atacadas colonias judías aisladas en las colinas de Jerusalén y Hebrón, Alta Galilea y el Negev.

Continuaron los ataques contra la población judía en algunos centros y contra obreros judíos de empresas que empleaban a gente de ambos pueblos. Se colocaron cargas explosivas en zonas judías de Haifa y Jerusalén; en la capital, los objetivos fueron primero las oficinas del Jerusalén Post (1 de febrero), luego, la calle Ben Yehudá, una de las principales arterias comerciales (22 de febrero), y, posteriormente, el cuartel general de la Agencia Judía (11 de marzo). Los barrios judíos situados al sudeste de Jerusalén quedaron aislados del centro.

El 16 de febrero, el Ejército Árabe de Liberación atacó Tirat Zevi y se vio obligado a retirarse tras sufrir numerosas bajas. En marzo, tras haber fracasado el intento de tomar alguna colonia o poblado judío, las fuerzas árabes se concentraron especialmente en la lucha por las carreteras. En general, los árabes obtuvieron grandes éxitos en la batalla por las carreteras. El 26 de marzo se detuvo e interrumpió totalmente el tráfico de la carretera de la costa que conducía al Negev; un convoy que regresaba a Jerusalén desde el bloque de colonias Etzion fue atrapado cerca de Nabi Daniel. Los supervivientes fueron liberados merced a los buenos oficios de la Cruz Roja Internacional, pero los árabes requisaron las armas y los vehículos blindados que habían operado en la carretera de Jerusalén, y la ciudad quedó efectivamente aislada de los centros judíos de la faja costera. Los dirigentes de la Agencia Judía se dirigieron a los ingleses para pedirles que patrullaran por la carretera Jerusalén-Tel Aviv fundándose en el argumento de que era inhumano matar de hambre a una población civil. Los ingleses se negaron.

Dentro de esta ciudad la falta de agua y de alimentos había llegado a un punto critico. Los tiroteos, el tener que viajar en coches blindados y la lucha abierta había pasado a ser la orden del día.

El 9 de abril soldados incontrolados del Irgún entraron en el poblado árabe de Deir Yassin, y tras los tiroteos que se produjeron, murieron 254 personas entre ellas muchas mujeres, ancianos y niños. Esto sembró el pánico entre algunos pueblos árabes, cuyos habitantes los abandonaron.

El furor llegó a su punto culminante cuando los árabes cogieron en una emboscada un convoy de la Cruz Roja procedente del hospital Hadasah, en el monte Scopus matando a 67 judíos desarmados. Tampoco esta vez las tropas inglesas intervinieron para nada.

Estos ataques militares tuvieron inmediatamente repercusión política. Los Estados Unidos, que antes había apoyado la partición y se enfrentaban ahora con el riesgo de una directa implicación militar, comenzaron a dudar y su representante en las Naciones Unidas propuso un plan que suponía retrasar la fundación de un estado judío "sino die". La violencia árabe parecía estar a punto de lograr su objetivo.

Sin embargo, durante este periodo los judíos hicieron notables progresos de organización y entrenamiento. A finales de marzo disponían de unos 21.000 hombres armados. La fabricación de cañones antitanque, ametralladoras y explosivos había progresado mucho y se esperaba a que llegaran de Checoslovaquia grandes cantidades de armas ligeras que se habían comprado. La fuerza aérea consistía en treinta aviones ligeros de reconocimiento, transporte y suministro a zonas aisladas.

La inminente evacuación británica hacia imperativa la acción con objeto de llegar a dominar el territorio concedido al estado judío y mejorar las posiciones ante una más que posible invasión de los ejércitos regulares árabes; acontecimiento que se esperaba tuviera lugar a la terminación del Mandato Británico, el 15 de mayo.

Entonces por primera vez, las unidades de la Haganah recibieron la orden de conquistar localidades árabes con la estricta condición de que los nativos que desearan continuar viviendo bajo el régimen judío podrían hacerlo sin ningún inconveniente.

El primer objetivo de la iniciativa militar judía era volver a abrir la carretera de Jerusalén. En consecuencia, se decidió capturar y asegurar un pasillo a ambos lados de la carretera, un pasillo con una anchura que oscilase entre diez kilómetros en los llanos de Shefalah a unos tres kilómetros en la zona montañosa. Para este propósito, se proyectó la "Operación Nahshon". Se movilizaron y equiparon 1.500 hombres, en parte con armas checoslovacas que secretamente se habían desembarcado el 1 de abril. Se llevaron a cabo dos operaciones preparatorias: la voladura del Cuartel General de Hassan Salameh, comandante de la zona árabe, cerca de Sarafand, y la captura de Castel, un poblado árabe que dominaba las rutas de aproximación a Jerusalén. La "Operación Nahshon" se inició el 6 de abril encontrando fuerte oposición, sobre todo en la colina Castel que cambió de manos varias veces hasta el 10 de abril cuando, por fin, se retiraron los árabes; el día anterior, el jefe de las fuerzas árabes de Jerusalén y responsable del asedio a esta ciudad, Abdel Kader Husseini, murió en la lucha. En el 15 de abril, cuando se dio por concluida la "Operación Nahshon", llegaron a Jerusalén tres largos convoyes con armas y provisiones.

Mientras tanto, más al norte, el Ejército Árabe de Liberación, todavía al mando de Kaukji, había tratado de reconquistar el poblado de Mishmar Haemek, (El Guardián del Valle de Jezrael), que inmediatamente fue rechazado. En aquellos momentos, Kaukji corría peligro de quedar aislado de su base y decidió retirarse a Jenin, en la región de Samaria. La artillería que tenia a su disposición fue trasladada a Jerusalén y, a principios de mayo, comenzó el bombardeo de la ciudad.

El 21 de abril, cuando los británicos comenzaron a concentrar el resto de sus fuerzas en la zona del puerto de Haifa, se inició la llamada Batalla de Haifa. Las fuerzas judías la capturaron en 24 horas, y la mayoría de sus habitantes la abandonaron a pesar de las seguridades que les daban los judíos de que no les sucedería nada si se quedaban. Desde hacia décadas, Haifa había sido siempre una ciudad ejemplo de coexistencia entre judíos y árabes; sin embargo el Mufti, desde Beirut, telefoneó dando órdenes a los árabes de Haifa para que abandonaran la ciudad, y prometiéndoles que pronto regresarían a sus hogares tras la victoriosa estela de los ejércitos árabes.

Las tropas de la Haganah ocuparon los acuartelamientos de la policía, en Rosh Pinnah, así como un cercano campamento del Ejército, tan pronto como ambos lugares fueron evacuados por los británicos, el 28 de abril.

El 1 de mayo, los árabes lanzaron su ataque sobre el asediado poblado de Ramat Naftali, apoyados por la artillería libanesa y carros blindados. Con ayuda de unas cuantas avionetas del Piper Club, los colonos consiguieron detener el ataque. El 3 de mayo, un batallón del Palmach entró en Safed con órdenes de controlar toda la ciudad, pero su primer ataque, llevado a cabo el día 6, fracasó rotundamente. Los árabes consiguieron recibir refuerzos e iniciaron el bombardeo con su artillería. Un nuevo asalto lanzado el 10 de mayo dio como resultado la captura de las posiciones clave de la ciudad. Los árabes de Safed que sumarían unos 10.000, huyeron en masa seguidos por los campesinos árabes del Valle de Huleh. En la víspera de la invasión emprendida por los estados árabes a mediados de mayo las fuerzas judías lograron dominar una zona continua en la Alta Galilea y en la parte oriental de la misma.

En la Operación Ben-Ami, las tropas de la zona del Carmelo capturaron los reductos que dominaban Acre, Ajziv y Bezet, y restablecieron las comunicaciones por tierra con Nahariah, conjunto de colonias situado en Galilea Occidental. La propia Acre fue ocupada el 17 de mayo.

Mientras tanto, las fuerzas del Irgún, cuyos comandantes no reconocían las fronteras o límites de la partición, atacaron Manshiya y otros barrios del norte de Jafa. Tropezaron con tenaz resistencia y tuvieron que intervenir las tropas británicas, trasladadas rápidamente de Egipto. El ataque se renovó el 26 de abril, y Manshiya quedó aislada. El cerco de Jafa se completó el día 29 de abril. La mayoría de sus 70.000 habitantes árabes huyeron de la ciudad. Sin embargo, la rendición no llegó hasta el 13 de mayo, cuando se habían retirado ya las tropas británicas.

El 4 de mayo, los árabes atacaron Kfar Etzion, bloque formado por cuatro colonias judías y ya aisladas, no lejos de la carretera de Hebrón; el ataque se llevó a cabo con el apoyo de una unidad de carros de combate de la Legión Árabe y cuatro tanques británicos. El ataque fue rechazado, pero los defensores sufrieron graves pérdidas que resultaban difíciles de reemplazar dado el aislamiento en que se encontraba el bloque de colonias. La víspera del 12 de mayo, los árabes consiguieron cortar el bloque en dos; al día siguiente tomaron un reducto que dominaba la zona que se extendía entre Kfar Etzion y Massuot Yizhak. Los carros de la Legión Árabe penetraron en Kfar Etzion.

Cuando los defensores se rindieron, muchos de ellos fueron asesinados por los campesinos árabes enfurecidos de la zona de Hebrón. El 14 de mayo, los supervivientes fueron hechos prisioneros por la Legión Árabe.

En el mismo día, 14 de mayo, cuando los últimos soldados británicos abandonaron Jerusalén, las fuerzas de la brigada Ezyoni de la capital, lanzaron un ataque llamado Operación Kilshon (Horquilla). Su punta norte ocupó Bevingrad, las zonas de seguridad del corazón de la ciudad evacuada por los británicos, para impedir que los árabes las ocuparon. El Davidka, un tipo primitivo de mortero de fabricación casera con alcance muy limitado y dudosa precisión, pero con una impresionante capacidad de hacer ruido, tuvo decisiva influencia en el resultado de la punta sur de la operación, (la conquista del cuartel Allenby, en la carretera que conducía a Talpiyot y Belén).

En las seis semanas anteriores a la fundación del Estado de Israel y a la invasión de los ejércitos regulares árabes, las fuerzas judías se habían apoderado de Haifa, Jafa, Safed y Tiberiades, habían rodeado Acre y ocupado unos cien poblados árabes. Las fuerzas judías podían moverse libremente en la mayor parte de las vías de comunicación. Las fuerzas árabes palestinas habían sido derrotadas y el Ejército Árabe de Liberación había sufrido grandes derrotas en el norte y en el pasillo de Jerusalén. Los judíos habían perdido varios centenares de hombres y en aquellos momentos disponían de unos 30.000 hombres jóvenes armados dispuestos a enfrentarse con los invasores. La llegada por vía marítima del primer envío de armas checas y la adquisición de cañones antitanques y antiaéreos había mejorado considerablemente la cantidad y calidad de su armamento, pero aún escaseaban los cañones, los tanques y los aviones de caza.

La noche del 13 de mayo de 1948, el Alto Comisario británico en Palestina, Sir Alan Cunningham, salió calladamente de la Jerusalén agitada por la batalla.

La "Unión Jack", símbolo allí del poder mal empleado, bajó del asta.........para siempre.


A las 16 horas del día 14 de mayo de 1948, los dirigentes de la Agencia Judía se dirigieron al museo de Tel-Aviv, edificio donde tendría lugar la ceremonia de la Declaración de Independencia y la fundación del Estado de Israel.

El Cairo, Nueva York, Jerusalén, París, Londres y Washington, el mundo entero tenía los ojos vueltos hacia aquel edificio.

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