Las razones del ataque
anglo-francés contra Egipto, así como sus objetivos, fueron claramente
diferentes a las de Israel. Sin embargo, la coordinación de ambas campañas fue calificada
por muchos observadores extranjeros como una confabulación entre Israel y las
potencias europeas occidentales que tuvo un impacto directo sobre la
"Operación Kadesh", como se llamó oficialmente a la campaña del
Sinaí.
Los objetivos de las
operaciones de Israel, definidos en la orden dada las I.D.F., eran: destrucción
de las bases de fedayines en la franja de Gaza y en la frontera del Sinaí;
prevención, por muy corto que fuera el tiempo, de un ataque egipcio contra
Israel destruyendo el sistema logístico de Egipto y los aeródromos del Sinaí, y
apertura del golfo de Akaba a la navegación israelí.
Las I.D.F. habían
sufrido grandes transformaciones desde la Guerra de Independencia, se habían normalizado
las armas y se había instruido a las fuerzas en su empleo, sobre todo a la
aviación y a los cuerpos motorizados, entre otras mejoras.
La Campaña del Sinaí
duró menos de ocho días: desde el 29 de octubre hasta el 5 de noviembre de
1956. Puede dividirse en tres fases: la fase de apertura, 29-30 de octubre;
fase de decisión, 31 de octubre 1 de noviembre y fase de explotación, 2-5 de
noviembre.
A causa de cierto
número de irregularidades; como por ejemplo, la reacción del propio Egipto, la
de sus aliadas, Siria y Jordania, y a la de la posible presión internacional;
los objetivos de la operación fueron, inicialmente, vagos y flexibles. El
objetivo máximo consistía en derrotar a las tropas egipcias en el Sinaí, y el
mínimo, llevar a cabo represalias a gran escala.
Egipto contaba con unos
45.000 soldados en el Sinaí en aquellos momentos; sobre todo, en el triángulo
del extremo Noreste de Rafa-El Arish-Abu Ageila, donde estaba concentrada la 3ª
División, y la cercana franja de Gaza ocupada por la 8ª División incluyendo una
brigada palestina, una de cuyas tareas era asegurar a los fedayines una base
segura desde donde pudieran realizar sus incursiones en las líneas señaladas
por el armisticio. Concentraciones mucho más importantes se situaban a lo largo
de la carretera central desde El Kusseima hasta Ismailia; a lo largo de la ruta
Sur: Kuntilla-Suez; y en el extremo Sur de la península del Sinaí, Sharm
el-Sheij.
Israel había movilizado
para las operaciones unas fuerzas aproximadamente iguales. En términos de
armamento, los egipcios contaban con alguna ventaja, siempre y cuando supieran
usar las armas que habían conseguido en grandes cantidades, sobre todo de la
Unión Soviética. El tanque ruso T-3 estaba dotado de más piezas de artillería y
mayor velocidad que el Sherman; el cañón antitanque ruso podía compararse
favorablemente con el francés AMX. Egipto gozaba de superioridad en número de
aviones a reacción, aunque el ruso Mig-15 no llegaba a igualar al avión de caza
israelí, el francés Mystere.
Las operaciones se
planearon en cuatro fases en las que se emplearon cinco fuerzas independientes.
- Fase 1ª: 29 de
Octubre - 30 de Octubre
A últimas horas del
mediodía del 29 de octubre, tal y como había sido proyectado, se lanzaron
paracaidistas, cerca del monumento al coronel Parker, en la zona central al
Oeste de la Península de Sinaí, cerca del paso de Mitla, en las proximidades
del Canal de Suez.
La acción constituyó
una completa sorpresa tanto para amigos como para enemigos; se suponía, y esto
no había sido desmentido por Israel, que las I.D.F. avanzarían contra Jordania
que recientemente se había adherido al pacto de defensa egipcio-sirio.
Aproximadamente a la
misma hora, 4 de la tarde del 29 de octubre, las principales unidades de los
dos batallones restantes de la Brigada Aerotransportada cruzaron la frontera
cerca de Kuntilla. Estos batallones fueron transportados desde Ein Hussub, en
la frontera jordana, donde se concentraron con objeto de aumentar las
probabilidades de sorpresa. Poco más de 24 horas después, el 30 de octubre,
enlazaron con el batallón de paracaidistas cerca del paso de Mitla. En su
avance, habían tomado, casi sin sufrir bajas, las posiciones muy fortificadas
de Kuntilla, Themed y Nakhi.
Su captura resultó
facilitada por el elemento sorpresa, la audacia y la utilización de la luz
semidiurna, atacando Kuntilla desde el Oeste, a la hora del crepúsculo, y
Themed, desde el Este, al amanecer.
Mientras tanto, el
batallón de paracaidistas había permanecido expuesto a los contraataques egipcios.
Como se esperaba, los egipcios se sintieron algo más que obligados a reaccionar
ante un lanzamiento de paracaidistas en un lugar que se hallaba situado sólo a
60 km. del Canal de Suez.
Las posiciones egipcias
en el Paso de Mitla, al Oeste del batallón, se habían reforzado durante la
noche mediante otros dos batallones que habían cruzado apresuradamente el
Canal. Los aviones egipcios también tomaron parte en la defensa; sin embargo,
aquella fue la señal convenida para que las Fuerzas Aéreas de Israel entraran
en combate y apoyaran a las tropas de tierra. La aviación israelí pronto mostró
su superioridad en el campo de batalla, mucho antes de que las fuerzas aéreas
anglo-francesas atacasen los aeródromos egipcios.
En las primeras horas
del 30 de octubre, se conquistó el importante cruce de carreteras de Kusseima,
lo que representaba una entrada adicional al Sinaí desde el Este. Esta maniobra
dejó al descubierto el flanco Sur de la 3ª División egipcia en el extremo
Noreste del Sinaí. Esto permitió a las fuerzas israelíes atacarlos y, al mismo
tiempo, les proporcionó un segundo enlace con los paracaidistas, cerca del
monumento a Parker.
En el transcurso de
aquella misma noche, el Gobierno británico envió un ultimátum tanto a Israel
como a Egipto exigiendo que las tropas de ambos países se mantuvieran alejadas
del Canal de Suez, y que debía señalarse como zona desmilitarizada una faja que
se extendiese a lo largo de 16 km. por ambos lados. En la sesión celebrada a
medianoche por el Gobierno de Israel, este país decidió aceptar. Al mismo
tiempo, se acordó continuar con la operación. Ningún otro país árabe había
mostrado deseos de acudir en ayuda de Egipto; la atención de la U.R.S.S. se
dirigía ahora a ahogar la rebelión húngara, ya que esta coincidió con los
ataques judíos. El Gobierno de los Estados Unidos todavía se mostraba
sorprendido, aunque se esperaba una reacción adversa por su parte. Se
consideraba inminente la intervención del Consejo de Seguridad de las Naciones
Unidas y, por tanto, era esencial actuar con suma rapidez.
-Fase 2ª: 30 de Octubre
- 1 de Noviembre
En las primeras horas
de la tarde del 30 de octubre, una compañía de reconocimiento confirmó que el
Paso de Dayqa estaba libre de fuerzas enemigas. Esto facilitó el avance de la
Brigada Acorazada, el paso, al estar despejado, permitió que dicha brigada
pudiese llegar a la retaguardia de las posiciones de Abu Ageila, y, tras
participar en una de las más espectaculares batallas de blindados, tomó el
cruce de Abu Ageila y las posiciones enemigas del pantano de Rawafa. Estas
maniobras bloquearon la ruta de escape de una brigada egipcia en Umm Kataf y
Umm Shayjan, entre la frontera y Abu Ageila. Casi ya de noche, se habían
ocupado también las posiciones de Tarat Umm Basis, a 7 km. de la frontera.
Durante la noche, una
columna de infantería, apoyada por fuego artillero, ocupó posiciones a ambos
lados de la carretera de Umm Turfa, y cercó las posiciones de Umm Kataf y de
Umm Shayjan. A pesar de las dificultades de transporte provocadas por un intento
egipcio de interceptar la carretera de Umm Shayjan, tanto el combustible como
las municiones necesarias llegaron hasta la Brigada Acorazada de Israel, en la
retaguardia de las posiciones enemigas. Los ataques de las I.D.F. contra estas
posiciones habían fracasado, porque se habían basado en una información
incorrecta y falsa; pero, durante la noche del 1-2 de noviembre, las tropas
egipcias se retiraron de sus posiciones dejando atrás su equipo más pesado.
En los días siguientes,
estos soldados vagaron por toda la zona, sin objetivo alguno, entre El Arish,
Abu Ageila y el Canal, hasta que fueron cercados y se les hizo prisioneros. Al
mismo tiempo, una fuerza de blindados avanzó hacia el Oeste. Se habían recibido
informes de que los egipcios avanzaban con fuerzas acorazadas desde el Canal,
o, más bien, desde la zona Este del mismo, y así, los soldados judíos les
tendieron una emboscada en el cruce de carreteras de Jebel Libni. Sin embargo,
las tropas egipcias nunca alcanzaron este punto, ya que, en la mañana del 31 de
octubre, los pilotos de las Fuerzas Aéreas de Israel localizaron a los egipcios
en la carretera, entre Bir Gafgafa y Bir Hamma, y procedieron a inmovilizar a
noventa de sus vehículos. Los restantes se retiraron, y las fuerzas blindadas
israelíes prosiguieron su avance hacia el Oeste; tropezaron con fuerte
resistencia de carros y artillería que trataban de retrasar el avance judío,
merced a lo cual el cuerpo principal de las tropas egipcias pudo retirarse al
otro lado del Canal de Suez.
Durante la noche del 31
de octubre al 1 de noviembre, las fuerzas de choque de las I.D.F. del Norte
atacaron el sector y las posiciones fortificadas septentrionales en Rafa,
abriendo así camino, hacia el Canal de Suez, a una brigada acorazada. En la
tarde del 1 de noviembre, las fuerzas motorizadas habían alcanzado El Arish sin
dejar de luchar durante todo su avance. Al mismo tiempo, se produjo un choque
sangriento en el sector Sur, donde la Brigada Aerotransportada que avanzaba
desde el monumento a Parker cayó en una emboscada enemiga tendida en las cuevas
del Paso de Mitla. Sólo después de una encarnizada lucha lograron los
paracaidistas vencer la resistencia enemiga.
La retirada general del
Sinaí, ordenada por el Alto Mando egipcio el 1 de noviembre no tardó en
convertirse en derrota, los ataques de la aviación israelí aumentó el
desconcierto egipcio. Muchos oficiales egipcios, abandonaron a sus hombres a
fin de salvar sus propias vidas.
-Fase 3ª: 2-5 de
Noviembre
Aceptando el ultimátum
anglo-francés, las puntas de lanza de las I.D.F. se detuvieron a 16 km. del
Canal, el 2 de noviembre, cerca de Ismailia, en eje central; y el 3 de
noviembre, en las proximidades de Kantara, en el eje Norte. Aún quedaban dos
objetivos: la conquista de la franja de Gaza y la captura de los reductos
egipcios de Ras Nasrani y Sharm el-Sheij, en los estrechos de Tirán. Después de
la toma de Rafa, la franja de Gaza quedó aislada y sólo restaba la molesta
tarea de ir conquistando paulatinamente posiciones, además de capturar las ciudades
de Gaza, Jan Yunis y Beit Hanun. esta acción se inició el 2 de noviembre y
finalizó al día siguiente.
La toma de Ras Nasrani
y Sharm el-Sheik se encomendó a una brigada de infantería de reserva, que
avanzó como columna móvil por las costas occidentales del golfo de Akaba. El 31
de octubre, esta columna alcanzó Kuntilla y, al día siguiente, Ras al-Naqb,
que, dos días antes, había sido ocupada por tropas de las I.D.F. Como las
Fuerzas Aéreas israelíes se hallaban sumamente ocupadas en el eje central, la
columna móvil esperó hasta el 2 de noviembre para continuar su avance. Dado que
el mal estado de las carreteras y los esporádicos choques con el enemigo
provocaban retrasos, el Alto Mando ordenó que la Brigada Paracaidista partiera
desde el monumento Parker y se dirigiera hacia el extremo Sur de la península
del Sinaí, y a lo largo de la costa oriental del Mar Rojo y llegara a los
campos petrolíferos de Ras Sudar.
Simultáneamente, una
compañía de paracaidistas fue lanzada sobre el aeródromo de El Tür. En aquel
momento, un movimiento en forma de pinza amenazaba a las últimas posiciones
egipcias en el Sinaí. Ras Nasrani fue evacuada por su guarnición y, como acto
final de la Campaña del Sinaí, el 5 de noviembre, los reservistas tomaron Sharm
el-Sheik.
Las bajas de las I.D.F.
en la campaña ascendieron a 161 muertos, varios centenares de heridos y 4
israelíes que cayeron prisioneros. Las bajas egipcias se calcularon en más de
1.000 muertos, 2.000 heridos, y una cifra superior a los 6.000 prisioneros. Al
mismo tiempo, se capturó una enorme cantidad de material, como vehículos
blindados, camiones, cañones y otro equipo militar.
La Operación Mosquetero
Doce horas después de
expirar el ultimátum británico del 30 de octubre, que, aceptado por Israel,
pero rechazado por Egipto; los aviones franceses y británicos, procedentes de
Chipre, Malta y portaaviones situados en el Mediterráneo, comenzaron a
bombardear los aeródromos egipcios en el delta del Nilo y en las zonas del
Canal. Una fragata egipcia fue hundida en la bahía de Suez.
El presidente egipcio
Nasser ordenó el bloqueo del canal y hundió en él 47 buques cargados con
cemento.
Sin embargo, hasta el 5
de noviembre; prácticamente acabada la lucha en el Sinaí; no se lanzaron los
paracaidistas anglo-franceses en Port Said, en el extremo Norte del Canal de
Suez. Las flotillas británica y francesa llegaron a Port Said al amanecer del 6
de noviembre. Después de una batalla que duró unas cuantas horas, la guarnición
egipcia de aquella ciudad se rindió. Las patrullas ligeras comenzaron a avanzar
hacia el Sur, por el Canal.
En el curso de la
semana transcurrida desde el 29 de octubre, el Consejo de Seguridad se había
paralizado, puesto que dos grandes potencias, Gran Bretaña y Francia, cada una
de ellas con derecho a voto, se habían visto directamente interesadas y, acto
seguido, implicadas en el problema.
Con rara armonía entre
los Estados Unidos y la Unión Soviética, se exigió un inmediato alto el fuego y
la retirada de todas las tropas judías y anglo-francesas de Egipto. La U.R.S.S.
manifestó, de forma un tanto velada que, de no cumplirse el mandato,
posiblemente intervendría en el conflicto.
El 4 de noviembre, la
Asamblea General decidió crear una fuerza de emergencia de la O.N.U., los
Cascos Azules, para que ocupara el lugar de las tropas en retirada. Israel, que
ya había conseguido todos sus objetivos, aceptó el alto el fuego, siempre y
cuando hubiese reciprocidad. El Gobierno británico, sujeto a presiones
populares en su país e, internacionales, particularmente por parte de los
Estados Unidos, decidió que la operación en la que estaban participando sus
propias fuerzas, también debía cesar. Aunque la actitud francesa fue más
decidida, no vieron la forma de continuar la lucha solos. Así, el alto el fuego
entró en vigor a medianoche, entre el 6 y el 7 de noviembre.
Los Cascos Azules de la
O.N.U. ocuparon las posiciones capturadas anteriormente por los expedicionarios
anglo-franceses, sólo para devolverlas a Egipto días más tarde. En diciembre,
Port Said y todo el Canal se hallaban, una vez más, bajo exclusivo control
egipcio. Gran Bretaña y Francia no habían alcanzado ninguno de sus objetivos;
por el contrario, habían demostrado su completa dependencia económica y
estratégica de los Estados Unidos, y perdido sus últimos derechos de grandes
potencias.
A partir del 7 de
noviembre, Israel luchó solo para salvar lo que fuera posible políticamente al
amparo de su éxito militar.
En Washington, se
hacían amenazas de expulsión de las Naciones Unidas, así como de imposición de
sanciones económicas en caso de una negativa a retirarse.
El 5 de noviembre, el
Primer Ministro Ben Gurión había declarado que Israel no permitiría que ninguna
clase de tropas extranjeras pusiera el pie en los territorios conquistados,
pero el 7 de noviembre tuvo que retirarse. La aceptación de una retirada por
parte de Israel quedó condicionada a la conclusión de un arreglo satisfactorio
para la ubicación de los Cascos Azules de la O.N.U. Se ideó esta fórmula para
que Israel pudiese reclamar un sistema de libre navegación en los estrechos de
Tirán y garantías de que la franja de Gaza quedaría libre de tropas egipcias y
de bases de fedayines. Los documentos capturados en la franja de Gaza
demostraban de forma concluyente la directa responsabilidad de los egipcios en
los ataques realizados por los fedayines durante los años precedentes.
Israel, entonces,
estableció una política de retirada por etapas o fases, sin cejar en su
enérgico esfuerzo para ganar ayuda, por la posición que ocupaba en Gaza y en
Sharm el-Sheik. Pronto se comprendió que, hallándose sola e indefensa de Gran
Bretaña y Francia, Israel podía lograr una mayor ayuda
Le fueron concedidos
generosos suministros de armas británicas, entre ellos carros de combate
Centurión; una sustanciosa ayuda económica de Estados Unidos; importantes
suministros armamentísticos franceses como, cazas de combate Mirage, lanchas
lanzamisiles y, sobre todo, ¡un reactor nuclear! que fue instalado en Dimona en
el Negev, de cuya planta saldrían las primeras bombas nucleares israelíes.
El 22 de enero de 1957,
las fuerzas de Israel se habían retirado de todos los territorios conquistados,
excepto de la franja de Gaza y de la costa del golfo de Akaba. En febrero, hubo
discusiones en Washington, como resultado de las cuales los Estados Unidos y
Francia decidieron que prestarían ayuda a Israel, si éste ejercía sus derechos
de autodefensa contra cualquier renovación del bloqueo en los estrechos de
Tirán o contra unos posibles y nuevos ataques de los fedayines desde Gaza.
Israel también
consiguió garantías internacionales de paso por los estrechos de Tirán y,
vigilancia de los Cascos Azules de la O.N.U. de la frontera del Sinaí y de la
franja de Gaza, para impedir la infiltración de guerrilleros palestinos.
Poco después, Israel
completaba su retirada.
El "pacto"
sobre Gaza quedó roto días más tarde cuando los egipcios enviaron de nuevo su
administración a la zona. Sin embargo, se mantuvieron abiertas las dudas,
temores y "comprensiones", estos puntos se sometieron a dura prueba
10 años más tarde, en 1967. En dichos años, no se produjeron choques violentos
entre las fuerzas de Israel y Egipto a lo largo de la franja de Gaza.
Aunque obligadas a
devolver todo el territorio ocupado en el curso de la campaña, las fuerzas
israelíes demostraron a todo el mundo, cuanto valían en el campo de batalla; y,
a la vez, habían probado que Israel era un potencia militar que era preciso
reconocer y respetar en Oriente Medio; y, por supuesto, sobre todo, por Egipto,
su más poderoso vecino y enemigo.
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