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miércoles, 18 de abril de 2018

EL SIONISMO




Es el movimiento nacional del pueblo judío que tiene como fin el regreso de los judíos a la tierra de Israel, su patria de origen, con el objetivo de constituir una entidad política independiente, un Estado-nación.

El Sionismo toma su nombre del hebreo Sión, que designa la colina de la parte Noreste de Jerusalén sobre la que fue construida la ciudad y sobre la que se encontraba el templo de Salomón, que llegó a ser el símbolo de esta ciudad santa, y es expresión creada en 1886 por N. Birnbaun para caracterizar este movimiento judío mundial que tenia como finalidad la reconstrucción de una patria nacional judía en Palestina.

El Sionismo como movimiento nacional judío se organizó en el último decenio del siglo XIX, y tuvo dos fuentes fundamentales: la primera, de carácter permanente, la corriente místico-religiosa, y la segunda, nacida en la Europa de finales del siglo XIX, la corriente político-nacionalista.

Un factor que contribuyó a la difusión del movimiento sionista en estos momentos fue la ola de antisemitismo que se extendió principalmente por Europa Oriental y Central desde 1880-1881 y las actitudes sociales contra los judíos en Alemania, Polonia, Rusia y otros países, que plantearon de nuevo la cuestión de la vuelta a Sión. Del horror de los pogromos (término que se utiliza para hacer referencia a las matanzas emprendidas contra los judíos) surgió el sionismo político que difunde y generaliza la idea de la necesidad del retorno del pueblo judío a su hogar nacional, y así M.L. Lilienblum en 1881 hace, entre otros, una nueva llamada de vuelta a la antigua patria judía.

El sionismo como movimiento nacionalista y político aparece como el resultado de toda una reflexión ideológica que se ha desarrollado a lo largo del siglo XIX para definir, con los medios conceptuales de la época, el lugar de la identidad de los judíos en el mundo moderno. Surge así el definitivo nacionalismo judío y su formulación sionista, siendo este sionismo político la cristalización más acabada de tal nacionalismo.

En esta situación, apareció la figura y la acción del ideólogo principal del sionismo, Teodoro Herzl, auténtico organizador del movimiento sionista, conspicuo representante de la burguesía judía asimilada. Teodoro Herzl había nacido en Budapest el 2 de mayo de 1860 en el seno de una familia rica y liberal, y pasó la mayor parte de su infancia y juventud en Viena, en cuya universidad realizó sus estudios de Derecho, par transformarse en periodista y escritor, siendo nombrado corresponsal de prensa vienesa en París, y ofreciendo la imagen de un judío asimilado y alejado de las inquietudes sionistas de su tiempo.

Aunque el antisemitismo de la época le indignaba, fue el asunto Dreyfus lo que acabo de convencerle. En 1894, el capitán Alfred Dreyfus, un oficial judío del ejército francés, fue acusado injustamente de traición, principalmente debido a la atmósfera antisemita reinante. Herzl presenció como el populacho gritaba "Muerte a los Judíos" en Francia, la cuna de la Revolución Francesa, y decidió que existía una sola solución: La emigración masiva de los judíos hacia un país al que pudieran llamar propio. Así, el Caso Dreyfus pasó a ser uno de los factores determinantes en el génesis del Sionismo Político lo que influyó decisivamente en sus ideas, transformándolo por completo en un defensor del sionismo; el proceso de Dreyfus, su degradación y la situación consiguiente le acercaron poco a poco hacia la idea sionista, y su convicción y sus actividades desde entonces contribuyeron de manera definitiva a la organización del movimiento sionista que llevó, más adelante, a la creación del Estado de Israel.   

De acuerdo con su nueva actitud y con la finalidad de dirigirse directamente al pueblo judío, a finales de 1895 publicó en Viena el libro que seria decisivo en todo este proceso: El Estado judío. Su tesis es sencilla: el antisemitismo, forma de odio racial, no puede eliminarse más que por la reorganización de los judíos en un centro autónomo, el Estado de los judíos; y su conclusión es que la nación judía debe resurgir sobre un territorio propio, en Palestina.

Pero además de su fuerza ideológica, T. Herzl fue ante todo un espíritu práctico y un hombre de acción, y abordó la vuelta a Sión según el modelo de las campañas británicas de colonización, estableciendo en su obra los instrumentos de la gran empresa mediante la creación de dos grandes organismos: la "Society of Jews" y la "Jewish Company". Lo que la primera prepare científica y políticamente, la segunda lo ejecuta en la práctica; así la Sociedad establecerá las bases políticas y culturales del Estado, y la Compañía aportará los medios financieros prácticos para su creación.

La aportación esencial de Herzl es la idea de la fundación de un Estado para el pueblo judío; su obra es la expresión más sólida y consistente del pensamiento sionista que intenta formular de nuevo la aspiración mística de un conjunto de comunidades judías de la diáspora, en términos políticos unidos a la concepción moderna del Estado y, a diferencia de los escritos sionistas precedentes, suscitó inmediatamente una amplia corriente de interés y galvanizó a las masas judías de Europa Central y Oriental.

La actividad de Herzl y las reacciones provocadas por su obra animaron un vasto y creciente movimiento nacionalista sionista que aglutinó las corrientes místicas con las tendencias políticas en favor de la construcción de un Estado judío en Palestina. El sionismo aparece ya como un movimiento político y nacional animado por las iniciativas y acciones de Herzl hasta su muerte, en julio de 1904.

Así, en 1897 decidió crear un medio de información y propaganda sionista a través del periódico Die Welt, que establece un lazo de unión entre los grupos judíos dispersos de la diáspora. Al mismo tiempo surgió la idea de la organización de un Congreso Mundial Sionista que se reunió en agosto de 1897 en Basilea, al que asistieron doscientos delegados de países de toda Europa, América del Norte y África del Norte. El congreso elaboró un texto que puede considerarse como el documento fundador del movimiento sionista, y que decía:

"El sionismo quiere obtener, para el pueblo judío, la creación de un hogar reconocido y garantizado por el derecho público en Palestina. Con este fin, el Congreso considera el empleo de los siguientes medios:

1) El estímulo hacia la colonización de Palestina por medio de los agricultores, los artesanos y los trabajadores judíos.

2) La unificación y la organización de todos los judíos en asociaciones locales y generales, en conformidad con las leyes de los diferentes países.
3) El reforzamiento de la identidad y de la conciencia  nacional judía.

4) Las gestiones para obtener de los gobiernos el acuerdo que será necesario para permitir la realización de los fines del sionismo."

En el Congreso de Basilea se creó la Organización Sionista Mundial, que agrupaba a todas las instituciones que en Palestina o en la diáspora apoyaban la creación del Estado judío y que unían al conjunto del pueblo judío para realizar el programa del Congreso, siendo el órgano supremo del movimiento sionista. Tenía su sede en Viena y estuvo presidido por T. Herzl hasta su muerte. Die Welt se transformó en el órgano oficial del sionismo.

Esta organización celebró otros Congresos en los años sucesivos: en 1898 y 1899, en Viena, el segundo y tercero; en 1900 el cuarto en Londres, y el quinto en 1901 también en Viena, que organizó la Banca Nacional Judía y el Fondo Nacional Judío, y adoptó el principio del rescate sistemático de la tierra en Palestina con la creación del "Keren Kayemeth". El Fondo Nacional Judío se dedicó a comprar tierras en Palestina y dejarlas aptas para el cultivo. Hoy en día se dedica principalmente al desarrollo de infraestructuras para nuevos asentamientos y continúa con sus actividades de forestación y mantenimiento de bosques.

Al mismo tiempo que crecía con rapidez el movimiento sionista Herzl desplegó una intensa actividad diplomática entablando negociaciones con los dirigentes de las potencias mundiales (Turquía, Alemania, Rusia, Italia y el Vaticano) con el fin de obtener el anhelado territorio que permitiera la construcción del Estado judío. Con Gran Bretaña las negociaciones fueron más lejos y llegaron a proposiciones concretas ofreciendo a los sionistas en 1902-1903 su posible establecimiento en territorios de Sinaí, Chipre o Uganda.

En 1903 se celebró el sexto Congreso, donde se discutió el ofrecimiento hecho por el gobierno británico de un territorio en Uganda para el asentamiento judío, que tras discusiones y enfrentamientos en su seno fue rechazado por la mayoría de los sionistas, especialmente los euro-orientales, defensores del "no hay sionismo sin Sión".

El movimiento sionista es una realidad viva y fuerte en 1904, aunque con ocasión del sexto Congreso se habían manifestado las diferencias existentes en el seno de la Organización, ya latentes con anterioridad, que provocaron disensiones internas y la aparición de diversas tendencias y corrientes dentro del sionismo. En el mismo año, 1904, moría T. Herzl sin que hubiera surgido ningún sucesor que pudiera beneficiarse de su prestigio. Sin embargo, dos nuevos dirigentes se van perfilando como los representantes de dos tendencias distintas: I. Zangwill considerado pro-occidental, y Jaim Weizmann, exponente del judaísmo ruso.

Pero el movimiento sionista superó estas disensiones y todas las tendencias se mostraron de acuerdo en el séptimo Congreso, celebrado en Basilea en 1905, al declararse inquebrantablemente fieles al principio fundamental del programa original sobre el establecimiento en Palestina de un hogar reconocido internacionalmente para el pueblo judío.

A pesar de estas diferencias internas, el sionismo es ya en los años anteriores a la Primera Guerra Mundial la expresión política de un firme nacionalismo judío que disponía de estructuras políticas, de órganos financieros y económicos, y que se dirigía con clara decisión hacia su territorio histórico. En estos años anteriores a la Gran Guerra las actividades sionistas se orientaron en una doble dirección que habrían de desembocar más tarde en la creación del Estado de Israel:

- Por un lado, la colonización paulatina de las tierras de Palestina, con el progresivo asentamiento de inmigrantes judíos, en su mayoría procedentes de Europa Oriental y Central, que van a constituir el armazón social y colectivo del futuro Estado de Israel.

- Y por otro, el reconocimiento internacional con la obtención del derecho al establecimiento de una "patria nacional judía" en Palestina, que le será concedida por el gobierno británico mediante la Declaración Balfour en noviembre de 1917.

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