El final de la guerra
de 1967 representó un trauma para el mundo árabe y creó unas expectativas de
posibles e inminentes negociaciones, en las que Israel podría actuar desde una
posición de fuerza, pero a lo que los países árabes, también en dificultades,
no se prestaron, y por el contrario pronto comenzarían el hostigamiento contra
las nuevas posiciones de las fuerzas israelíes.
Un estudio realizado
por el Instituto de Estudios Estratégicos de Londres, resumió la campaña así:
"La tercera guerra árabe-israelí probablemente será tema de estudio en las
Escuelas de Estado Mayor y tal estudio posiblemente se haga durante muchos
años.
Al igual que las
campañas del joven Napoléon, la capacidad y logística de las I.D.F. han
proporcionado un libro de texto que ilustra todos los principios clásicos de la
guerra: velocidad, sorpresa, concentración, seguridad, información, ofensiva y,
sobre todo, cuanto concierne a la instrucción y moral de las tropas.
Los pilotos comprobarán,
con evidente aprobación por su parte, cómo la Fuerza Aérea israelí se empleó
primero para obtener un dominio en el aire mediante la destrucción de la
aviación enemiga; después, para intervenir en las batallas de tierra
destruyendo las comunicaciones enemigas, apoyando a toda operación de blindados
e infantería y, por último, participando en misiones de persecución".
Debido a la guerra se
intensificó la tragedia palestina. No sólo perdieron sus esperanzas, sino que
su situación empeoró al quedar Gaza y Cisjordania en manos israelíes mientras
la lucha lanzó hacia el desierto transjordano a nuevos millares de refugiados.
Tras la apabullante
victoria judía, la situación quedaba de esta manera: Israel unificaba bajo su
dominio toda Palestina que tenia 3.500.000 de habitantes, de los cuales
1.000.000 eran palestinos.
El resto del pueblo
palestino se componía de 1.300.000 personas más, de los cuales unas 800.000
estaban en Jordania; 300.000 en Líbano, Siria e Irak; y las 200.000 restantes
en los Emiratos del Golfo, Egipto y países del Norte de África.
La postración palestina
ante el desastre militar fue, sin embargo, muy inferior a la que sufrieron los
países derrotados: ya no podían perder nada más. Los países árabes; acababa de
demostrarse de nuevo y esta vez con mayor crudeza; nada podrían hacer por
ellos.
Así, a partir de la
derrota, surgieron nuevas organizaciones políticas y armadas, se incrementó su
adiestramiento, lograron más armas y ofertas de instrucción.
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